domingo, 10 de agosto de 2008

DÍA 4 (Viernes 4 de Julio de 2008)

Nuestra primera escapada de fin de semana.
Por la mañana, tempranito, preparamos el equipaje para irnos a las Islas Ssese, concretamente a Kalangala.

Aprovechan cualquier oportunidad para pedirnos dinero, y Patrik, el hombre que cuida la casa, no iba ser menos y nos pide 40.000 shillings para arreglar el teléfono móvil.

Katumba nos lleva a Entebbe para coger el Ferry, y después de algún que otro empujón en la cola para subir, se quiere colar todo el mundo, nos montamos en el barco.




Una vez dentro, nos reímos un rato, pues toda una familia se hace un reportaje fotográfico, eso sí el fotógrafo un mal educado, se echaba encima nuestra sin pedir permiso ni disculparse después. Después de un tranquilo viaje de 3 horas, aunque soportando toda clase de olores, llegamos a Kalangala, en la Isla Buggala, la mayor de las islas del archipiélago que forma las Islas Ssese, en el interior del lago Victoria.



Una vez en Kalangala, nos llevan en bote al Club Island, el mismo sitio donde nos quedamos el año pasado. Es un alojamiento rural formado por cabañas de madera, en la misma orilla del lago. Un paraíso desierto y algo abandonado, un lugar ideal para relajarte, rodeada de naturaleza, con una paz y tranquilidad increíbles.





La comida allí es muy buena. Una anécdota curiosa, a la hora de la cena, que es un bufet, preparado para nosotras dos, nos ponen a cada una en su plato una salsera, con lo que parece ser una sopa, aunque nos extraña que sirvan sopa en una salsera, nos la comemos y nos sabe a gloria. Cuando viene la camarera, nos dice que era salsa para el pescado, y se parte de la risa cuando le decimos que creíamos que era sopa y que ya nos la habíamos tomado.

Llega la hora de dormir, es un paraíso, pero la noche resulta un poco ruidosa, con perros aullando, pájaros cantando, las hojas de los árboles cayendo sobre el techo de uralita y para rematar, el gallo. Ni en Uganda me libro del gallo....

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